Thursday, September 24, 2009

¿Para qué das clases?

El pasado viernes 18 de Septiembre, comencé una nueva aventura en mi vida que es la de estudiar para enseñar, es decir empecé a dar clases en una universidad. El entrar por primera vez a un salón de clases universitario no como alumno, sino como maestro, es toda una experiencia. Llevo más de 15 años dando clases, conferencias y otro tipo de pláticas o charlas, pero nunca en una universidad.

¿Por qué lo hice? Para cumplir un par de necesidades que como diría el psicólogo Maslow, necesidades de trascendencia. El darle algo a los demás, hace que lo que uno ha vivido y es, se transmita a los demás, es decir que uno trasciende en los otros. Cuando me preparo para dar clases o enseñar, dedico unas 2 o 3 horas, pero la satisfacción puede durar días o meses.

Lo que recibí de los alumnos en esta oportunidad fue mucho más de lo que les puedo dar, desde su asombro con algunas cosas que yo cuento, como las experiencias que me dejan mucho más de lo que les expreso. Algo que me sorprendió mucho al estar preparando mis clases es la cantidad de material que existe para maestros y que los que trabajamos en sistemas computacionales muchas veces ni conocemos ni aplicamos. Me queda claro que en mis épocas de estudiante nunca tuve la oportunidad de tanto material y tanta información disponible, esto me lleva a pensar que no es la cantidad de información disponible, sino la voluntad que tienen los alumnos o lo que puede convertir a un buen estudiante en un excelente profesionista.

Si cuando uno realiza las actividades diarias, ya sea estudiar, trabajar, enseñar u alguna otra actividad cree firmemente que esta cumpliendo o satisfaciendo una necesidad de trascendencia y pone todos los medios para hacer dicha actividad al 100% el resultado es sorprendentemente mucho mejor que cuando creemos que estamos haciendo una rutina.

Invito a todas aquellas personas que leen estas líneas en dedicar un par de horas a la semana en enseñar lo que saben y han vivido a otras personas. Únicamente con la experiencia podrán entender la satisfacción que se siente al darse a los demás.

Monday, September 7, 2009

La confiabilidad de los sistemas de contingencia


El pasado fin de semana fui a la ciudad de Durango a la boda de mi suegro, mi regreso no fue muy placentero ya que una pequeña lluvia azotaba la ciudad de México. Lo anterior hizo que tuviéramos una pequeña visita a la ciudad de León (Aeropuerto alterno de la ciudad de México). Al pensar en lo que un vuelo cancelado, un equipo de cómputo que no funciona correctamente o cualquier contingencia en los planes previstos pueden afectar a la vida de una persona u organización, me di cuenta la importancia de tener planes confiables ante contingencias.

Mientras trabajé en el sector bursátil siempre tuve muy presente que por temas regulatorios y de negocio, era importante tener un sitio alterno en donde se pudieran restablecer las operaciones mientras la situación que afectara a la operación normal pasara. Ahora que estoy en el sector de ventas y muchas personas me preguntan que tan importante es el tener un sistema de alta disponibilidad o algún plan ante contingencias, normalmente les planteo el caso de la ciudad de México durante los terremotos o durante el verano de 2006 con una de las arterias de la ciudad cerradas por intereses políticos o la situación que se sufre en las costas en la temporada de huracanes.

Pero quisiera pensar que quienes mas claro tienen el tema de la contingencia son aquellas empresas que tienen en sus manos la vida de las personas. Cuando este domingo estaba a unos 50 metros de la pista y sentí como el avión aceleraba y subía la punta para tomar altura, entendí que estábamos en una contingencia. Mi suegro es piloto de Aeromexico y cuando le marqué para comentarle la situación no se sorprendió ni asusto, es algo que durante años ha tenido que hacer y que además está en sus consideraciones antes de despegar. Tampoco vi a las azafatas corriendo despavoridas por los pasillos gritando que teníamos una contingencia, ¿Por qué? Porque conocen los procedimientos, los practican y saben como actuar.

Todo esto me lleva a una pregunta para las empresas, ¿Estamos todos preparados en conocimiento y práctica de cómo debemos actuar ante una contingencia? ¿Cuánto valió para mí y mi familia que el piloto, copiloto y tripulación supieran sus procedimientos de contingencia? Nuestra vida.

Para las empresas no es tan dramático, pero también puede significar la vida de su organización. Más del 60% de las empresas que están en una situación de contingencia más de 2 semanas nunca vuelven a recuperarse y en la mayoría de los casos quiebran.

Así que la próxima vez que pienses, eso no es necesario para la contingencia, recuerda mi historia y la de cada una de las personas que se han salvado gracias a que tenían un plan alterno o contingente